jueves, 4 de julio de 2013

Infusión helada de hierbaluisa, menta y fresas

No soy muy amigo de las infusiones, de hecho sólo me gusta el té. El gusto del agua caliente me desagrada bastante, y si además tenemos en cuenta que la mayoría de las infusiones tienen un punto amargo, apaga y vámonos.

Pero las infusiones y tés helados son otro cantar. Y cuando digo helado, quiero decir helado; no me vale hacer una infusión y luego ponerle unos hielos, no. Me gusta que estén tan frías que te veas obligado a beberlas a sorbos si no quieres que se te congelen las retinas.


En mi jardín tengo un par de arbustos de hierbaluisa, que es un arbusto de la familia de las verbenáceas; sus hojas son de color verde claro, con forma alargada y de tacto áspero, pero lo que más llama la atención de esta planta es el delicioso olor cítrico que desprende. Sus hojas se utilizan tradicionalmente en infusión por sus propiedades digestivas, carminativas y antiespasmódicas.

En una de las últimas revistas oficiales de Thermomix vi una receta de helado de frutas con hierbaluisa. Me pareció una idea genial la de incluir infusiones tradicionales en la composición de un helado para añadir sabores diferentes, así que me puse a hacer diferentes pruebas y éste es el resultado: una bebida refrescante de fresas, hierbaluisa y menta.

La hierbaluisa le da a la bebida el punto cítrico que combina perfectamente con las fresas y la menta  hace que el resultado sea todavía más refrescante. Además, seguro que quienes hagáis dieta estos meses agradeceréis este tipo de bebidas que, preparadas con edulcorante en lugar de azúcar, no sumarán apenas calorías.

Ingredientes:

1L de agua
6 ramitas de hierbaluisa
2 ramitas de menta
250g de fresas
Azúcar ó edulcorante al gusto
Hielo

Preparación:

Ponemos a hervir 500mL de agua y reservamos los otros 500mL en la nevera.

Cuando el agua empiece a hervir, le añadimos la hierbaluisa y la menta, retiramos del fuego y tapamos. Dejamos infusionar 5 minutos.

Pasados los 5 minutos, retiramos las hierbas de la infusión y añadimos -con el agua todavía caliente- las fresas; volvemos a tapar y dejamos que infusione unos 15 minutos.

Con ayuda de un tenedor, pisamos las fresas ligeramente para que suelten todo su sabor, pero sin deshacerlas mucho, porque sino nos enturbiará la infusión. Pasamos la mezcla a través de un colador y reservamos en la nevera hasta que esté bien fría.

A la hora de servir, mezclamos la infusión con los 500mL de agua fría que habíamos reservado, endulzamos a nuestro gusto con azúcar ó edulcorante y ponemos la bebida en una jarra con mucho hielo. Os recomiendo  endulzar un poco de más de lo que nos parecería el punto justo, porque las cosas tan frías siempre se perciben como menos dulces.

Podemos poner en la jarra unas hojas de hierbaluisa y menta, e incluso unas rodajas de fresas para decorar y añadir un extra de sabor. Servimos con abundante hielo y a disfrutar!

Ya os imagináis que las combinaciones son infinitas: nectarinas en lugar de fresas, con piel de lima para añadir más sabor cítrico, sustituyendo los 500mL de agua fría por agua con gas... las mezclas las podéis adaptar a cada ocasión, pero lo fundamental es que invitéis a casa a algunos amigos para tomar juntos unos vasos de este rico refresco.

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