martes, 8 de septiembre de 2015

Tarta de cerveza negra y chocolate

Hace mucho tiempo que quería publicar esta tarta en el blog porque siempre que la preparo es un éxito rotundo. No hay paladar que se resista a comer un segundo trozo.

Seguramente muchos ya la conoceréis pues a estas alturas es un clásico de internet. La versión más popular es la que se prepara con cerveza Guinness, así que quizás a algunos os suene más el nombre en inglés "Chocolate Guinness Cake". Personalmente, no me suelo preocupar de la marca sino que utilizo cualquier cerveza negra... la que encuentre primero (a veces no es fácil encontrar cerveza negra en según qué supermercados) o la más barata en caso de que haya variedad.


Como de cualquier receta famosa encontraréis mil y una versiones. Yo no pretendo estar descubriendo la pólvora con esta receta, pues no me la he inventado yo. Ésta es simplemente mi versión; la versión en la que he estado trabajando para obtener los mejores resultados: un bizcocho jugoso y una crema con buena textura y que contraste en sabor. Mis recetas de cabecera en este caso han sido la de Nigella Lawson y la de Trotamundos.

Veréis por internet versiones de esta tarta donde el bizcocho se parece bastante a un bizcocho tradicional, alto y esponjoso o incluso tirando a seco. Ese no es el tipo de bizcocho que yo busco. Para mi gusto, el bizcocho de esta tarta tiene que ser jugoso y denso, con el punto justo de esponjosidad, pero sin estar demasiado aireado. Para ello es clave el tamaño del molde, pues si utilizamos un molde demasiado pequeño, el bizcocho será muy alto y no se cocerá de manera uniforme: quedará muy seco por fuera y la capa de crema será demasiado escasa para tanto bizcocho. Yo utilizo un molde desmontable de 27 centímetros de diámetro. De esta forma, el bizcocho no quedará excesivamente alto, será jugoso tanto por dentro como por fuera y en cada cucharada tendremos una buena proporción de bizcocho y de crema.

La preparación de la tarta es en general muy sencilla, siendo el punto clave el horneado. La masa del bizcocho es muy líquida (que nadie se asuste al prepararla) y al hornearla quedará muy tierna, tanto que tendréis la tentación de dejarla en el horno 5 minutos más. No lo hagáis, con eso sólo conseguiréis que el bizcocho se seque. Evidentemente, cada horno es un mundo, y los tiempos que yo os pueda dar son aproximados: Tardará entre 45 y 60 minutos pero las primeras veces tendréis que estar muy atentos para y probar a pincharlo con un palillo ó un cuchillo a cada rato. En el momento que al pincharlo salga limpio estará hecho, aunque parezca que está demasiado tierno. Al enfriar adquirirá consistencia.

Ingredientes:

250mL de cerveza negra
250g de mantequilla
75g de cacao puro en polvo sin azúcar
400g de azúcar
250g de harina
2 y 1/2 cucharaditas de bicarbonato
2 huevos
140mL de nata líquida
1 cucharadita de extracto de vainilla

250mL de nata líquida
100g de azúcar glass
400g de queso crema

Preparación:

Precalentamos el horno a 180ºC.

En un cazo ponemos la cerveza y la mantequilla y lo calentamos hasta que la mantequilla se funda.

Mientras tanto, mezclamos en un bol el cacao, el azúcar, la harina y el bicarbonato. Reservamos.

Batimos los huevos con la nata y la vainilla. A esta mezcla le añadimos la cerveza con mantequilla y a continuación vertemos la mezcla de líquidos sobre la mezcla de ingredientes secos. Mezclamos bien hasta homogeneizar. La masa resultante es muy líquida.

Vertemos la mezcla en un molde desmontable cuya base habremos cubierto con papel de horno previamente. Horneamos 45 minutos, hasta que al pincharlo con un cuchillo salga limpio.

Retiramos del horno y dejamos templar. Pasamos un cuchillo por el borde del molde para asegurarnos de que está despegado y retiramos el aro. Le damos la vuelta al bizcocho sobre la bandeja en la que vayamos a servir la tarta y dejamos que se enfríe por completo.

Cuando el bizcocho esté frío preparamos la crema para la cobertura: batimos la nata líquida muy fría hasta que esté semimontada. Le agregamos el azúcar y terminamos de montar la nata. Por último añadimos el queso crema y seguimos batiendo con las varillas hasta que quede perfectamente incorporado.

Vertemos la crema sobre el bizcocho y la repartimos por toda la superficie. No hace falta cubrir los laterales ni alisar la superficie; ese aspecto desaliñado es parte del encanto de esta tarta.

Reservamos en la nevera al menos un par de horas para que la crema coja consistencia y los sabores se asienten.

A disfrutar!

4 comentarios:

  1. La hice el otro día y nos encantó!! Así que me llevo un trocito de la tuya ejeje

    besazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una tarta increíble... rica y sencilla como pocas!
      Un besazo!!

      Eliminar
  2. Estupenda la receta!
    Muchas gracias por compartirla!
    Saludos!

    ResponderEliminar